Saber vivirla..
En el trayecto de mi vida mis caídas han tocado fondo y puedo llorar e intentar curar una y otra vez las heridas de mi alma, pero siempre hay un tope en mi fuero interno que me dice, es suficiente; es hora de retomar mi camino con la cabeza erguida, templanza en mi espíritu, madurez y sabiduría para reiniciar.
La vida me ha dado dulzuras, así como sin sabores, me ha dado conciencia que la gente que quiero, me puede herir, y no me queda otra que aprender a perdonar, es cuidar mi corazón antes de que se haga amargo.
Las experiecias de la vda me han llevado a darme cuenta que cuesta mucho tiempo edificar la confianza hacia los demás, pero tan solo en un descuido de imprudencia, en segundos puede derrumbarse.
Hay momentos en mi vida que he estado rodeada de gente, y aún así me he sentido sola, tan solo una persona hace la diferencia.
Alguna vez en la vida, si corres con suerte de que te roben un beso, aprenderás que cinco de los doce nervios cerebrales se activan al besarse, los cuales recolectan y envían datos al cerebro. Por eso un solo beso puede enamorar o desalentar.
La misma vida va en sucesos tan rápidos, que nos olvidamos de cada suspiro con la persona amada, el sonido de los latidos de nuestro corazón, cuando estamos a gusto con determinada persona y lo valoramos cuando esa persona ya se ha ido de nuestro lado.
La vida nos ofrece el degustar cada bocado que entra en nuestra boca y poder identificar su sabor, el placer que se siente cuando sorbes un poco de vino tinto y queda irradiado de sabor en nuestra lengua, cuántas patas tiene un insecto y su armoniosa confección, el oler una flor con el rocío de la mañana, mirar pasar a las personas en una calle transitada, desde la terraza de un bar-café..
La vida nos ofrece el degustar cada bocado que entra en nuestra boca y poder identificar su sabor, el placer que se siente cuando sorbes un poco de vino tinto y queda irradiado de sabor en nuestra lengua, cuántas patas tiene un insecto y su armoniosa confección, el oler una flor con el rocío de la mañana, mirar pasar a las personas en una calle transitada, desde la terraza de un bar-café..
Hay costumbres rutinarias que hacemos, viene bien romperlas de vez en cuando, levantarse un día temprano y esperar un amanecer, en lugar de que él nos gane. Detectar un aroma agradable y llevarlo en mente las 24 horas sin saber la razón.
Cada color, cada sensación, cada textura, cada sabor, cada inspiración, cada suspiro, cada sentimiento, son momentos que la vida misma nos ofrece para disfrutarla.
Saber vivirla...
Mónica Núñez Soberanes.
Saber vivirla...
Mónica Núñez Soberanes.