"A Todos Aquellos que están Dispuestos"
Este último día del año, no pude evitar observar con detenimiento como forjamos un camino de regreso en nuestros acontecimientos, hacemos un inventario de lo que pudimos lograr o en las trampas que caímos de lo que suponemos un fracaso, un balance de impuestos que hemos pagado, indicadores de rutas que no salimos bien librados, por decisiones equivocadas.. y pensamos... -¿realmente alguien se paró a escuchar mis anécdotas ocurrentes?, mis frustraciones como una persona aturdida, la felicidad que se impone por necesidad de subsistir, si este año que pasó fuimos felices, si fuimos buenas o malas personas con los demás, si vagamos en la incredulidad del éxito, si nuestro ego ha sido saciado para sentirnos fuertes e implacables, si nos cautiva la propia vida de un año más, regenerando nuevas energías con el fin de alimentar nuevas esperanzas, espectativas, sueños, ilusiones, amores, finanzas...
Y así comenzamos el año, como todos y cada uno de los años que inician... con listados de promesas, nuevos proyectos, metas y buenos propósitos, objetivos asequibles o tal vez inalcanzables, pero con la necesidad estoica de ver resultados latentes, vivos, reales, diciendo este año si lo logro... y para muchos conforme va pasando los días esos listados y buenos propósitos se van desvaneciendo, pues nos distrae la rutina cotidiana de nuestro día a día..
Pero que nada nos distraiga, para apartarnos de esa ruta que hemos trazado con buenas intenciones hay motivos de sobra para arrancar con nuevos bríos con los ánimos en vuelo, con menos culpa y más seguridad para restaurar nuestro sentido del alma con generosidad hacia los demás, intuyo que este año que viene nos trae sensaciones de libertad, creatividad, ingenio, recuperación, quizás mis palabras sean esperanzadoras por el año que comienza y cae en lo trivial, ¡pero que más da! nuestro espíritu necesita palabras alentadoras para activarnos con ese empujoncito.
Experimentamos la fragilidad, lo vulnerable, confusiones, la apatía, la tristeza, decaimiento; teníamos derecho de sentirlo, pues estamos vivos, pero estamos encaminados para fortalecernos y preferimos seguir adelante sintiéndonos vivos conscientes de nuestros propios limites para no romper nuestro espíritu..
Así que este año entrante deseo dedicarlo a todos aquellos seres humanos, que estamos dispuestos a volver a comenzar a pesar de cometer errores y equivocaciones, cayendo pero siempre con la perspectiva de levantarnos continuamente con más bríos y fuerzas, con más coraje y entusiasmo, con mucho más buen humor aprendiendo a reír y perdonarnos a nosotros mismos, dispuestos a tener paciencia y amor hacia los demás...